Mitades
En la quietud de esta madrugada en tus versos salados en las notas hirientes en mi encarnizada alma en mis troceados sueños... todavía queda tu destello blanquinegro y plateado al abrigo de tu espíritu En ti veo tantas cosas que no las puedo nombrar te miro y me haces sonreír porque cosas que dices las siento como mías me hablas de mundos que ya he visitado me cuentas tus miedos me cantas tus sueños te miro y te sonrío ¿qué otra cosa puedo hacer? Porque a tu lado siento como si algo de mí que hace mucho me abandonó volviera a mi encuentro tan distinta pero a la vez tan igual reflejo y contraste todo a una vez. Me gusta pensar que conmigo sientes lo que yo y que de algún modo tenemos algo en común aunque sea nuestra tristeza porque quizás un día lo que nos una sea nuestra alegría... Y en tu cristalina ternura... me quedo a vivir en mis ataduras me desgarro para caminar junto a ti, en nuestro estrecho mundo bañándome en tu sonrisa regando tus rosas con mis lagrimas hundiéndome en los brazos de tu cariño en el laberinto de tus besos Bajo la almohada empapada de mis sueños encontrare de nuevo aquel mundo que creía haber perdido ya y cuando te mire sabré que ese mundo en realidad nos pertenece a ambos Por tus miles de invisibles caricias por todo lo que sembraste en mí y por todas tus calladas sonrisas por acompañarme en la encrucijada y escuchar mis sordos llantos Por todo con lo que me llenas y por habitar este ingrávido vacío por devolverme mi reflejo en el estanque de la vida llenare el desierto de tu esperanza con el mar de mis gratitudes
Hogol y Vicky fueron cómplices de este pensamiento amparados por las musas en una noche, como no, de pequeña luna